Te plantas con 45 años, arrastrando penas y fantasmas ( como todos), sin saber muy bien como dar un paso, por que te olvidaste de como se anda, de como se tira para adelante, te olvidaste de vivir, te olvidaste de tí...
Las circunstancias mandan, tu quieres pero no puedes.....sigues por inercia, como si te hubieras subido a un barco que no tiene destino.
Quieres ser buena esposa, buena madre, buena hija, buena hermana, buena amiga, y te conciencias y aprendes que lo que das no siempre será recíproco, que habrá momentos en los que no serás recompensada, que al igual que tú tienes la libertad de amar y sentir de una manera el resto obviamente también. Eso significa que aunque creas que mereces que te quieran o te traten de una manera sabes que no será así y que tendrás que dar gracias por que al menos se parezca en algo.
Siempre fuí una soñadora, elucubraba vidas, momentos, tristezas y alegrías (soñadora pero realista), y en esos sueños nunca imagine que me perdería en ellos, que llegaría un momento en el que me subiría en ese barco sin destino y me daría de bruces con al realidad.....avanza el barco, yo no...¿o si?.
En un arrebato de locura dices "lo dejo todo", pero otra vez la realidad, que todo?, que quieres dejar?, donde vas a ir?, que quieres hacer, cambiar??. Y te das cuenta que todos esos sueños, esas elucubraciones, fantasías, cuentos con final, se perdieron o mejor dicho, los olvidaste, te olvidaste a ti misma.
Como buscar en un abismo un rayo de luz..